martes, 30 de marzo de 2010
Tiempos mejores… (?)
“It is what it is” dije alguna vez, pero eso ahora ya no me conforta, creo que ahora huyo de mi melancolía – o quizá la propicio- pensando en “tiempos mejores”.
Recuerdo los momentos en los que un llanto mío suponía un juicio, un culpable, una sentencia y por último mi reposición; eso ya no ocurre, ni ocurrirá – al menos nadie más lo hará-. Recuerdo no tener nunca que ocultar mis gustos, ni mis pensamientos, ni tener que callar opiniones. Recuerdo un pequeño lugar donde todos mostraban su verdadero rostro y cantaban canciones sobre cualquier minucia del diario vivir, cuando mirábamos al cielo con la ilusión de algún día sobrepasarlo, tiempos en los que nuestros sueños eran más grandes que la realidad, pero aun así los creíamos posibles. Recuerdo que la sonrisa era más frecuente en mi rostro, tiempos en los que no tenía que fruncir el ceño para ser tomado en cuenta. Recuerdo, también, momentos en los que pasaba más de una hora con mi madre o con mi padre.
Si tuviera que memorar todos y cada uno de los instantes ciertamente no terminaría, pero es a veces mirando atrás como se puede dilucidar el presente.
sábado, 27 de marzo de 2010
La teoría de la “primera pitada”
Saludos, estos son los resultados de mi reciente investigación y comparación entre una actividad cotidiana (como lo es fumar) y una forma de interrelación llamada también “ENAMORAMIENTO”.
Se hizo una convocatoria a nivel amical y junté a 4 sujetos para realizar el siguiente experimento: Cogeremos cada uno un cigarro de la misma marca, misma fecha de caducidad y de la misma clase y los encenderemos todos simultáneamente en condiciones exactamente iguales (corrientes de aire, temperatura) con excepción de que cada uno tiene la libertad de aspirar (la primera vez) con la intensidad que desee.
Al culminar el ejercicio (y cada uno su respectivo cigarrillo) se observó que:
Los cigarrillos de A y B se terminaron al poco tiempo de ser encendidos, el de C tuvo una duración promedio y el de D duró algo más del promedio.
Al preguntar a cada uno su experiencia se obtuvieron las siguientes respuestas:
- A, dio una fuerte primera aspiración, al tratar de compensar esa primera terminó por dar suaves aspiraciones, de todas formas su primera acción fue incompensable y al final de todo aseguró no haber disfrutado del tabaco.
- B, también dio una fuerte primera aspiración, mas su forma de fumar es esa, acabarse el cigarrillo rápidamente para luego continuar con otro (a decir verdad B pidió 5 cigarrillos más y los terminó antes de que D terminase el suyo). Este afirmó haber disfrutado de todos y cada uno de los 6 cigarrillos que en total fumó.
- C, continuó con su acostumbrada forma de fumar, regular de principio a fin. Dijo disfrutar su cigarrillo.
- y por último D, dio una inhalada suave y “recatada”, así continuó hasta acabárselo, según lo observado, se le veía relajado y tranquilo. Al terminar dijo que había estado bien.
Tras recoger experiencias y hacer la observación pertinente llegué a la siguiente conclusión:
-HAZLO COMO QUIERAS, PERO DISFRUTA DE TU CIGARRILLO ;D!!
NOTA: Que el cigarro se extinga es problema de este, las relaciones no tienen porque terminar necesariamente.
jueves, 25 de marzo de 2010
Ayuda?… por Dios
Dicen que para ser profesor de canto, no necesariamente debes saber cantar y que los profesores están destinados a ver a sus alumnos alcanzar el éxito que ellos jamás tendrán… Dicen que doy buenos consejos, pero cuando trato de aplicarlos a mi vida, simplemente lo echo todo a perder. Sep _._ esa constante me tiene loco.
¿Quién trata al psicólogo con sus problemas? ¿otro psicólogo? ¿Quién entrega la correspondencia a los carteros? ¿ O acaso hay carteros especiales que entregan su correo a otros carteros?
Puede sonar bastante vago lo que expongo con las preguntas, pero el fin de todo es: ¿Acaso siempre vamos a necesitar de alguien más?. Demonios!! eso me aturde en sobremanera, no porque sea autosuficiente y sumamente orgulloso (que en parte lo soy) pero no habrá, por lo menos, una situación en la que podamos pensar por nosotros mismos, sin la necesidad de querer preguntarle a alguien más sobre esta y poder resolverlo todo bien?
La respuesta parece asomarse desde el momento en que planteo la pregunta, “NO!” quizá es por el hecho de que somos seres sociales… etc, etc (el mismo floro de siempre). Me agobia, pero parece ser nuestra realidad, es decir, a quien demonios no le pasa y quien diga “a mí no” ,pues, es un bastardo egocéntrico.
En suma, en lo personal, sí, ¡odio pedir ayuda! Pero la necesito, es la realidad y al parecer, por más que he tratado, no voy a poder cambiarla. Ni yo, ni ninguna otra persona.
lunes, 22 de marzo de 2010
well… well… WELL…
Sorry I didn’t mean to hurt my little girl… (gracias por el dato gato ;D!)
Todas las noches pensando en aquella persona no debería ser raro, el proceso estaba clarísimo y las intenciones aun más. En fin, no contemplaba explicaciones ni razones –es que hay razones para querer?- simplemente no lo creía y a fin de cuentas no eran relevantes estas para él.
Simplemente estar del mismo lado que ella, le parecía fenomenal. Depuró todos aquellos conceptos y dogmas implantados en su matriz como para querer continuar su aventurilla hasta el límite y no arrepentirse de nada.
Los días pasaron y cada mañana despertarse era único, no podía creer que ella estuviese a su lado, tan angelical y cercana, extenuada, dócil. Si se separaban era debido a que se desenvolvían en horarios distintos y si se veían era por obra del destino. Así continuaron su extraña relación de encuentros repentinos y sensual conexión, sin comunicación alguna e instintivamente el uno sabía donde y en que momento encontrar al otro a espaldas de todos, hasta de sus propios dueños. La inmadurez y locura abochornaban sus mejillas, se abandonaban para intimar y no expresaban nada porque no era necesario hacerlo, sin embargo, un día –como todos- fue imposible para él encontrarla, su nexo había sido estropeado nada más y nada menos que por ambos. Sus dueños se dieron cuenta de la confabulación -estos también traicionaron su confianza para desvestirse en medio de la oscuridad- y no vacilaron en idear el final de ambas historias. Cambiaron sus ideas, sobornaron sus intentos y manufacturaron ideas en contra de la asimilación que tenían ambos, se destruyó todo, tal y como se dejaron llevar para hundirse en piel lo hicieron olvidarse el uno del otro.
Al pasar 2 eclipses, él no había dejado de verla en el humo que exhalaba, la tentativa de buscarla estuvo latente dentro de su corazón durante todo ese tiempo, NO ERA TAN IDIOTA COMO PARECIA. Corrió y olfateó, cual perro buscando abrigo, entre todos los lares que ambos pisaron juntos, entre sus sábanas y entre la maleza del corazón ajeno. Acabó por rendirse, LO HABIA ESTROPEADO TODO y ella HABIA ENCONTRADO LA SALIDA.
Sin más que decir –ni pensar- devolvió sus pasos a casa donde lo esperaba la nueva dueña de sus entrañas a la cual asesinó entre sueños.
“I wish that I could take it all away…”
domingo, 21 de marzo de 2010
Saludos =)
Ahora, debido a mi curiosidad por saber si avanzo o retrocedo, he habilitado el sistema de calificación por estrellas. Mediante este, podrán darme sus apreciaciones de la publicación.
Gracias por su apoyo =)
P.D: Si desean pueden calificar también publicaciones anteriores, sería muy bueno si lo hacen.
lunes, 15 de marzo de 2010
Carta al señor “doble t” (respuesta al comentario de Conversación en el chalet)
Querido Sr. “doble t”:
Remito la presente a modo de (como lo especifica el título) respuesta al comentario que dejó en la pasada publicación.
Tal vez sean cosas del destino pero, a la verdad, –como dice cierto spot publicitario, de cierto instituto- no hay mejor cosa que aprender haciendo. Y no es que antes, me hayan sido ajenas este tipo de relaciones, a decir verdad yo me servía de estas para cometer ciertos “pecados emocionales”, pero creo que cuando uno se toma en serio algo, y alguien llama tu atención tan profundamente, es como “¡diablos!” lo confieso.
No obstante, al fin y al cabo una relación así no prospera del todo, y por primera vez en todos mis tratados (si es que cabe el término) me pondré de ejemplo.
Pero debido a que usted se informó de mi situación actual (mientras comíamos embutido con papas y fumábamos cigarros con caramelos dentro) solamente diré que “es fruto de” apresurarse, aunque esta vez no hubo heridos y muy por el contrario, con el tiempo, –sí, señor, TIEMPO- sé que algo bueno puede nacer, cómo se que podría decir “fiu, estuve a punto de convertir una buena amistad en un EX infierno”
No soy partidario de las relaciones premeditadas,y ahora tengo una nueva razón, razón con nombre y apellido. Mas sí, de forjar una buena amistad antes de -así sus labios ya se hayan posado en los míos-.
Me despido, pero a sabiendas de que lo veré el sábado.
P.D: “Los lobos ya no acechan, pero puedo oír de lejos sus aullidos”
jueves, 4 de marzo de 2010
Sonríe *click*
Hola me llamo Oscar crisantemo merino, mi edad no acostumbro darla, y esta es la historia de cómo intrinqué mi propia lógica y dejé de ser, esta es la historia de como llegué a ser quien soy.
Yo me crié bajo la sombra del pueblo que alguna vez pisó un genio literato, en las afueras de la urbe. Mis recursos no eran escasos, de cuando en vez me alimentaba del río y de cuando en vez me perdía entre los picos.
Guardo en mí, aun, el paraje y el diálogo que un buen amanecer me regaló. En el principio no le tomé interés alguno, a decir verdad refunfuñé y tuve por anatema tan extraño presente. Él lo dejó antes de partir y dijo que no se le había ocurrido mejor idea que esa.
Con el paso del tiempo, esta se volvió mi arma, mi coraza -y no hubo día en que no la vistiese- se convirtió en mi canal para llegar a los demás sin herirlos ni herirme, me dio respeto por mí mismo. Hasta en los días que visitaba las alturas, me permitía enfocarme en cosas menos triviales y no había detalle alguno que pasase inadvertido, aunque anteriormente ya los haya capturado.
Al crecer y sin darme cuenta, se volvió mi única pasión y mi colección bordeaba los millares. Cuando hube capturado todos sin excepción, decidí buscar nuevos hogares y acabé por llegar a la ciudad, llena de hombres sin tiempo ni pasiones –como bien me advirtió mi tío-.
Él se volvió mi mecenas y consiguió que pudiera vivir de mi arma, como también un espacio para mí, un piso más arriba. Me enseñó cómo manejarme entre los demás, dijo que (con mi arma o no) tratarían de hacerme caer en sus asechanzas y que debía saber donde estaba parado en todo momento.
Lejos de hacerme vil e inhóspito, como muchos, aprendí en los caminos de la claridad y compasión (como mi tío) llegando al punto de obtener un buen nombre en mi medio, mis fotografías se encontraban en revistas respetables y esto –sin serlo- se convirtió en un sueño hecho realidad, mas no me sentía del todo realizado. Pensé que la vida es más que la vida misma, que entre las lágrimas y el deshonor se encontraba una de las tantas esencias que nos da esta, y yo no las estaba captando. Así que dejé de lado mi “buen nombre” y firmé por una de las tantas propuestas de diarios.
Fotografié lloros de amargura y de éxitos, sendas muertes en colapsos de buses y aunque pensé no ganar nada con esto, volvieron los laureles para mí. Otra victoria vacía -eran cadáveres-, había algo que me faltaba captar.
Pensé que en el placer ajeno andaba el mío, así que bajo un seudónimo retraté las más vergonzosas escenas entre personas e hice fortuna con esto. Pero no sabía a nada, acabé por tener la sensación de que no habían esperanzas para mí hasta que me involucré con una persona. Todos los recuerdos nuestros era simplemente fascinantes, pero no era ese todo que quería, la insatisfacción ya no tenía nombre en este punto. Bajo una excusa y pelea ahogué sus esperanzas y el brillo de sus ojos. ESO ERA!! toqué el fondo de mi abismo sólo para encontrar la cima de mi afán… era lo que quería, lo había hallado aunque se contrastó con la gran pérdida que sufrí al darme cuenta de lo que había hecho.
Recurrí a aliarme por las noches con alguien que vivía del dolor ajeno, las tomas eran perfectas, pero no me llenaron como la primera vez (cuando lo hice yo mismo). Utilicé mi buen nombre y fama para entrampar centenares de personas tan solo para mi propia satisfacción.
Todo fue volviéndose vacío, la rutina terminó por asesinarme y acorralarme. Me hallaron, y en el fondo quería que lo hicieran, en este momento espero mi muerte. Mi último deseo fue este: Papel, lápiz, cigarrillos y que fotografíen mi expresión al partir.
(Cualquier parecido con la realidad juro que es pura coincidencia, en especial por el nombre y profesión)