lunes, 15 de marzo de 2010

Carta al señor “doble t” (respuesta al comentario de Conversación en el chalet)

 

Querido Sr. “doble t”:

Remito la presente a modo de (como lo especifica el título) respuesta al comentario que dejó en la pasada publicación. 

Tal vez sean cosas del destino pero, a la verdad, –como dice cierto spot publicitario, de cierto instituto- no hay mejor cosa que aprender haciendo. Y no es que antes, me hayan sido ajenas este tipo de relaciones, a decir verdad yo me servía de estas para cometer ciertos “pecados emocionales”, pero creo que cuando uno se toma en serio algo, y alguien llama tu atención tan profundamente, es como “¡diablos!”  lo confieso.

No obstante, al fin y al cabo una relación así no prospera del todo, y por primera vez en todos mis tratados (si es que cabe el término) me pondré de ejemplo.

Pero debido a que usted se informó de mi situación actual (mientras comíamos embutido con papas y fumábamos cigarros con caramelos dentro) solamente diré que “es fruto de” apresurarse, aunque esta vez no hubo heridos y muy por el contrario, con el tiempo, –sí, señor, TIEMPO- sé que algo bueno puede nacer, cómo se que podría decir “fiu, estuve a punto de convertir una buena amistad en un EX infierno”

No soy partidario de las relaciones premeditadas,y ahora tengo una nueva razón, razón con nombre y apellido. Mas sí, de forjar una buena amistad antes de -así sus labios ya se hayan posado en los míos-.

Me despido, pero a sabiendas de que lo veré el sábado.

P.D: “Los lobos ya no acechan, pero puedo oír de lejos sus aullidos”

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