lunes, 29 de noviembre de 2010

Generalizando

“Te juro, por todo el amor que me tengo, que si te tuviera frente a mí, nuevamente, como aquella vez, caerías sobre tus vísceras antes de que puedas pronunciarle la palabra P-E-R-D-O-N-A-M-E”

jueves, 11 de noviembre de 2010

El texto perdido

Desde que la vi a los ojos, lo supe, jamás estarías satisfecha con haber sido quien cometió el asesinato, querías más que eso.
El día de ayer, me encontraba, como siempre, buscando respuestas de la nada y creando teorías desde el cero total, sin pruebas, solamente supuestos. Me encontraba mirando mi techo y una que otra musaraña que cautivaba mi atención por microsegundos, jugueteaba con esta especie de “mira” que tienen mis ojos –por “qué sé yo” azares del camino- pues me es muy difícil dejarla en un solo lugar y quieta, y en eso consiste mi juego: en tratar de dejarla quieta en un solo lugar. Y posterior a eso pasé a revisar mis viejos cuadernos, de aquellos que tenía en una caja de zapatos de una marca que ya no existe. Luego de abrir uno de estos cayó una pequeña nota, una de las tantas que le ayudé a enviarle a su novio; una de aquellas que yo mismo redacté y corregí, quizá la última. Mi curiosidad me dio rienda suelta y empecé a leerla. Yo tenía razón, era una de las últimas notas enviadas, pero esta no había sido revisada por mí, pues no recuerdo ni una coma o tilde alguna de las que estaban plasmadas en ese retazo de papel.
El día de ayer descubrí el porqué de su negativa, de su rechazo, pero más aún, el porqué de su nueva forma de ser: congelada y antihumana.
Lo recordé, más que descubrirlo lo volví a sentir. Volví a tener el presentimiento que tuve cuando corrió y no dejó que nadie la mirase llorar, sin volver hasta dentro de un mes al mundo exterior. Yo jamás lo hubiera re imaginado, mis ideas suelen tener un tiempo de vida muy corto antes de que se generen nuevas ideas o nuevas tesis.
Yo la había oído, sin embargo no lo recordaba, yo la había visto pero su imagen estaba totalmente borrosa, yo la había tocado pero mis manos estaban entumecidas por el frío.
ahora sé, ahora lo sé… ahora sé por qué eres así y la verdad no te comprendo, pero tampoco te juzgo, ahora sé por qué eres así.




Maldita sea, lo sé.

lunes, 8 de noviembre de 2010

¿Mundo mejor?

Me levanté súbitamente, y aún tenía la imagen, somos el presente pero sin embargo más atención le prestábamos al pasado -hace algunos años- para poder aprobar el curso, o rendir bien el examen de admisión.
Seamos realistas, no nos importa, me incluyo por el simple hecho de que no estoy pendiente al 100% de que todo vaya por “buen camino”.
Me levanté, y pensé en que pude haber constituido mejor al “mundo del mañana”, pero ahora me encuentro en el mundo en donde los pobres ya no existen, porque todos ya están muertos, o fueron eliminados por algún tirano enfermo que creyó que les hacía un favor; ya no se ven niños deambulando solitarios, a decir verdad ver  un niño es casi imposible hoy en día; en este mundo las industrias ya no depredan la naturaleza, pues ya no queda naturaleza por depredar, aunque tampoco existen las industrias ya; no hay guerras por el agua, como escuché que habrían, pues el 95% del planeta está cubierto de ella, tampoco debemos raparnos el cabello para ahorrarla, hace años que al hombre no le crece ningún vello en el cuerpo; las injusticia no existe, porque ya nadie sabe qué es la justicia; la “Guerra Santa” terminó, todos perdieron su fe el día que el cielo se quemó; en este mundo ya nadie tiene decepciones, pues ya nadie sueña.
El mundo que vi a mi alrededor tenía 2 puertas y 1 ventana, para morir y para escapar respectivamente, nadie sufre por amor, pues ya nadie ama; los asesinatos desaparecieron, ahora se llama “supervivencia”; ya no hay animales en peligro de extinción, simplemente ya no hay animales; al menos el hombre ya no es explotado por el hombre; de qué sirve esto, si ya no nos podemos llamar hombres. Lo que ahora veo es lo que llamamos “el desierto negro”: son extensiones de mar totalmente cubiertas de petróleo.
Esto es en lo que jamás pensé cuando me burlaba de aquella chica idealista y bella que rogaba por menos emisiones de dióxido de carbono.
En este mundo no reina la guerra, pero tampoco la paz; dormir ya no es un placer, es un privilegio y mirar al cielo a pedir ayuda: sacrilegio.
“Del gusano al hombre, hay un paso”
y yo completaría con “… y del hombre al zángano, otro más”

¿Cuanto vales?

sto-¿Y… a mí qué chucha? vete pues… –dijo mientras daba un portazo-.
ella sentía cómo ese portazo, traspasaba sus células y las separaba, tan lejos de su alma como una bala lo haría de su cuerpo. Se apoyó en la pared frente a la casa -cabeza gacha, mirada dividida y cabello empapado por la tormenta- para esperar el bus que la llevaría a “sabe Dios donde”, pero era lejos de ahí.
Por su apariencia, se pudo haber dicho que regresaba de un largo viaje, sin dinero, comida, ni esperanzas; pero en realidad recién lo estaba emprendiendo, era esa la idea, irse sin nada y demostrarse que podía sola, sola con la ayuda de su maleta y algunas rupias.
El destino de su viaje ni siquiera había sido planeado, había salido luego de haberse cansado de ser un objeto para él, y lo había demostrado con grandes pruebas, una de ellas: que la haya dejado ir sin más, parecía –de hecho- satisfecho con la reacción de su ahora ex novia y ella pudo notarlo desde que empezó a abrir su mente para él, sin encontrar respuesta o siquiera reflexión.
- ¿Cuanto por esta baratija?
Se pudo notar cómo los ojos del dueño de la casa de empeño se abrieron chorreantes de codicia, el anillo que le mostraba era enorme, tanto, que lo deseó más para quedárselo que para el negocio
- Chiquilla, no tengo tiempo para idioteces ¿Cuanto quieres?
- ¿Estaría bien cinco mil? –dijo con voz apagada-
Salió con el dinero en la mano, más liberada, no del peso que supone tener ese anillo de compromiso en la mano, sino del peso que cargaba en su alma por este inducirla a mirar atrás, a mirar hacia donde él estaba.
Realmente se estaba quedando sola, realmente había abandonado sus sueños, los había abandonado a mitad de camino, no hubo día soleado para ella ,desde entonces; todo era cuesta arriba, pero todo era real.
Sentía que realmente estaba viva, la gente la miraba distinto de cuando llegó de esa ciudad en donde dejó metas, pensamiento y parte de su alma. No había perdido ni la mitad de lo que ganó en consecuencia de ello: verse valorada, renovada, fresca, y hasta bella. Atributos que no te los da la naturaleza, sino uno mismo, lo tenía todo sin tener nada más que un apartamento, un empleo de ayudante de cocinero, y cinco mil dólares en su cuenta: dinero que nunca tocó porque pudo sola desde el momento en el que salió de su infierno personal y decidió abrirse para los demás.

martes, 2 de noviembre de 2010

*—GRATIS—*

¿Las obviedades de la vida, están en lo menos obvio? (y sigo usando “obvio”, que patético) me parece que las cosas que están a la intemperie, a vista y paciencia de los “racionales” y “cuerdos” son las cosas que más pasan desapercibidas, respuestas concretas, sin rodeos, tan directas como el sol que le da a los ojos a un niño  –tan letal como eso también-.
Vaya, recuerdo haberte hijoeputeado alguna otra vez, pero por circunstancias totalmente diferentes, absurdas, inconstantes, llámalas “diferentes” solamente, sigues siendo una hija de puta, vida, la odiada-querida-amada-vulnerada-asqueante vida de ser humano que muchos endiosan, yo solamente puedo escupirla y decirle que “puedo sin ella” porque si “tener vida” es lo que veo todos los días… créeme que prefiero mil veces más una, estar muerto, pero sé que se puede tener más que eso; más que lo que ofreces, que se te puede ganar, que se puede ser mejor.
“otra vez me salí del tema”
- Yo no esperaba nada de ti, absolutamente nada, sé que estoy aquí “de gratis”, tú, por favor, no esperes nada de mí, no tendrás nada.
Desvariaciones, producto de: no sé qué. A veces la esquizofrenia puede catalogarse como el don de no estar aquí, de parecer atento, de parecer loco, sin estarlo. En el “manicomio” se vive mejor, al menos allí te dan comida, en el manicomio en el que me desenvuelvo la comida te cuesta sudor y lágrimas (más lágrimas que sudor) y la felicidad es proporcional a las monedas que tengas o al crédito que tengas en tu celular; del amor, mejor ni hablo, debes tener al menos 1 cualidad, ¿Qué de bueno puede tener estar con los pies sobre la tierra?
Pues, nada. Caminar cansa, gasta, volar cuesta, y los autos contaminan, pedalear es obsoleto.
Olvídenlo, me quedo tirado en mi cama, jugando, contestando llamadas, ganando dinero, así no desperdicio mi tiempo caminando, los que me quieran ver que vengan, no me moveré…