Naturalmente, al tratar de saber de él, nadie supo nada. Pero solo en este caso era porque de veras lo desconocían. Jamás pensé encontrar a alguien con el suficiente odio hacia los demás, hacia la humanidad como para compararlo conmigo -al menos yo sí me codeaba con esta peste-. Por lo que percibí, Mateo era un tipo muy temeroso: "los padres" -dijo un guardia- "este cretino, les dio mucho valor a sus padres".
Valor... exacto.
Ya había utilizado todas y cada una de las evidencias que se encontraron: la huella no coincidía con la de ningún repartidor; no habían huellas en las bolsas excepto las de la víctima, y ningún objeto valioso había sido extraído, tampoco tenía nada con que inculpar a sus parientes -ya ninguno vivía en este país-.
Era el crimen perfecto, pero tal cosa solo se ve en las películas.
El ángulo de las balas me daba el indicio de que le dispararon a quemarropa, él vio a su asesino, no le dispararon desde una distancia considerable, dos balas en el vientre y uno en la cabeza...
Por simple curiosidad, revisé sus movimientos financieros de la última semana, debía entender más a la víctima para poder entender más a su asesino... "MALDITO SEAS HEBRIOLA"
La huella era suya, pero no lo era, era más pequeña la huella del piso. La compra de zapatos de la misma talla y marca un día antes lo habían delatado.
Mateo, lo había planeado, no le importó el dolor de seguir disparando con el brazo estirado en dirección a sus órganos vitales y tuvo hasta la frialdad de atinar un disparo en medio de su frente para darse fin...
Ahora es cuando comienzo a entenderlo, la soledad nos puede transformar en la persona que más odiamos:
Él solamente buscaba la atención de los demás, la atención que ya no pudo tener cuando más la necesitaba, seguía siendo el adolescente huérfano quien heredó una ostentosa fortuna, atención que yo le di sin querer hacerlo... puedes sonreír aunque sea un momento desde aquel lago de fuego en el que te encuentras en estos momentos maldito suicida... por favor guárdame un sitio a tu costado, quiero ver como agonizas una y otra vez por toda la eternidad... guárdame ese lugar que en este momento voy para allá.
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