jueves, 8 de abril de 2010

Te espero a media noche

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez en que Selene y yo compartimos una noche mirándonos las caras, extraño mucho todos aquellos pensamientos que me traía el solo ver su blanco y lejano rostro. No espero su atención de un momento a otro, pues soy consciente de que yo me alejé de ella.
Lo siento “boca morena” pero mi horario de actividades me obliga a  darte la espalda las veces que debería estar extrañándote o conversando sobre mi día contigo. Tengo por bien, el saber que me miras aun cuando yo no puedo verte, las ideas sobre las cosas que pueden pasar por tu pensamiento son ilimitadas en mí, espero extrañes todas las noches que vivimos juntos, como yo a ti. Espero que la historia de cómo nos conocimos ayude para que tu resolución sea a favor mío.
Yo era un niño que cruzaba su primer año de educación media, eran momentos de desorden en mi vida tú lo sabes muy bien, mis consejeros y confidentes habían desaparecido de mi vista, y de mi alcance. La impaciencia e impotencia llenaban cada capilar, vena y arteria de mi sistema. Estaba demasiado desesperado como para poder esperar a que pase el día, me encontré llorando y rogando al cielo, a mi Dios una esperanza, una señal, una chispa y - creo yo- esa chispa fue tomando forma, era algo inconstante –lo eres ¿lo sabías?- habían días en los que te miraba en toda tu lindeza y otros en los que escondías tu rostro, supongo por algún complejo escondido que tienes.
A fin de cuentas, sé que fuiste enviada a mi vida en particular para que susurres las respuestas para mí, para que en tu blancura pueda yo hacer morada y poder dormir tranquilamente, como me dispongo hacer en un momento, te escribo esto porque sé que no hemos tenido el tiempo que teníamos antes para preguntarnos cosas sin sentido y responder cosas coherentes. Tú que eres la esperanza entre tinieblas, Selene, esta no es una adoración hacia ti –déjame aclararlo- estas son mis disculpas por ya no reflexionar sobre mis días junto a ti.
Espero me puedas perdonar bella princesa, porque en noches como hoy tu luz se posa sobre mis desnudos hombros y me hace sentir un noble caballero… en noches como esta, me recuerdas las circunstancias bajo las que te conocí y más allá de volverme a poner melancólico, me hace feliz.
selene

1 comentario:

  1. =O k wonito amio!!
    me has hecho llorar..
    =(..
    no hay nada que mejorar..
    esta muy bueno..=)

    ResponderEliminar

Ya sabes que hay en mi mente... ¿Qué hay en la tuya?