Vaticinó con una seguridad que a cualquiera atemorizaría: “el próximo mes no estarás aquí”.
Él, hizo evidente su incomodidad ante tal acusación: “Yo estaré contigo para siempre, mi amor”.
Pasó una mano sobre su cabello y mostró sus grandes ojos pardos empantanados “No, yo lo sé, pero eso ahora no me importa”.
Esa imagen no la pudo borrar del todo, y se hizo más y más constante en sus recuerdos desde que había decidido dejarla. Era demasiado para un muchacho de preparatoria lidiar con sus problemas típicos adolescentes y también con las crisis existenciales de la mujer que amaba, quizá el amor no le bastó o quizá ese “amor” no era más que una rebeldía más contra su madre. Recuerdo haber estado en la misma reunión que ambos, mientras se daban el uno al otro las miradas más dulces e inocentes. En mi opinión, podría decirse que el ambiente se llenaba de corazoncitos bobos y estrellitas cuando ambos llegaban.
Sí, me hastiaba, no es mi estilo pero podía ver a un hermano ser feliz por primera vez en todo el tiempo que lo conocí, pues, era el trillado tipo que odiaba al mundo, su existencia y la de los demás, todo eso cambió el día en que se la presenté –sí, soy culpable lo sé-. Ella con su aparente satisfacción con todo lo que hacía, el brío de una legión de soldados y la belleza de mil tardes de otoño –noté- logró encandilarlo y al final conquistarlo. Por primera vez, puse mi felicidad en razón a la de otro y, debo admitir, no me arrepiento.
Solo me queda una duda, y es ¿Cómo pudo ella saberlo? ¿Experiencias anteriores? o es que sentía que todos la abandonaban en un momento u otro. Ya ni siquiera tengo la oportunidad de preguntárselo, al salir de su vida salió de la de todos los que lo conocimos, dijo ella que quería rezagar todo y empezar de nuevo… y yo me pregunto ¿Le volverá a suceder?
Tal vez huir no sea la respuesta.
odio cunado escribes algo con lo q m identifico!!!:)
ResponderEliminarpero me necanto
Huacho, se conciente, a ella le necanto! xD
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