-Está bien, pero con unas condiciones… sean mis invitados esta noche y… déjenme ver qué hay en la caja, soy muy curioso –sonrió-.Pusieron la caja en medio de la mesa, la sonrisa de satisfacción de Remo era enorme, pero para su sorpresa…
-Claro que sí, jaja… veo que aún no pierdes el espíritu de investigación…
-¿Chocolates? –dijo con voz de decepción-. ¿Por qué rayos tendría chocolates alguien de la resistencia?La incertidumbre inundó la habitación, pero también a Roy que espiaba atentamente.
-Bueno caballeros, esta es una dulce herencia. –bromeó Sigty-. Sírvanse.
-Roy, hace rato que estás ahí, acompáñanos y dile a Jael que venga. –dijo el Dr. Remo tratándole de hacerle saber que sabía de su presencia.-Roy se paró de inmediato y fue por Jael, pero al buscarla en su alcoba notó que no estaba, no quiso preocupar al Dr. así que fue a buscarla. “Le dije que se vaya, tal vez fue a la plaza” -se dijo-.
Salió de la hacienda hacia lo que era el “reino” de su suegro. Ahí habitaba mucha gente que trabajaba para el Dr. Remo. Iba rápido y preguntaba si alguien la había visto obteniendo siempre la negativa, como respuesta.
-Niño, ¿viste por acá a la hija del hacendado?La cara de Roy pareció quebrarse… ¿chocolates? ¿hombres?. La cara del niño empezó a encenderse, las llamas rostizaron sus ojos, tenía el aspecto de un espectro recién salido del averno, solo gritaba mientras las llamas lo consumían desde dentro.
-Lo siento, no he visto a nadie… solo a esos hombres generosos, ¡mira lo que me dieron!.
Mientras que a su alrededor la escena era repetida, mujeres y viejos gritaban su agonía y desesperación al no poder calmar el desgarro interno.
Jael! ¿dónde estaba? Solo rogaba al cielo que no haya aceptado esos agentes de combustión interna.
-El Dr. Remo debe estar muerto en este momento. –dijo en voz alta-.Jael se soltó y miro inquisitivamente a su prometido.
-¿El Dr. Remo? no creo que sea tan estúpido como para probar sus propios chocolates. –dijo una voz detrás de él-.
-¿Jael? te estaba buscando, ¿por qué dices eso, y desde cuando te refieres a tu padre como “el Dr Remo?
-Jael no existe, o al menos ya no como tal… a decir verdad tú nunca conociste a la verdadera. Ahora vámonos de aquí, esto va a ser un infierno, si es que aún no crees que lo sea.Corrieron hasta llegar a la plaza, Roy seguía tan confundido como en el momento en el que vio al niño quemarse, pero aun así confiaba en Jael –O como quiera que se llamara-.Toda la guardia del Dr. Remo estaba ahí, todo estaba planeado, el Dr. Remo se había dado cuenta de la impostora, pero no solo eso, sino, también de que esta había convencido a todos los habitantes para levantarse, ya que el Dr. Remo era el inventor y quien propuso “Seguridad 100”. Aquel montaje de la visita de sus amigos, la preocupación por su “hija” y el hombre muerto. La asesinarían junto con el pueblo y acusarían a la resistencia.
-Vámonos! -gritó mientras huían de los disparos de toda la guardia-.Cuando estuvieron a salvo y lejos de la hacienda ella explicó:
-Soy Renee, encubierta de la resistencia, y desde ahora tú también. Lo nuestro no fue previsto pero te amo… ¿Un chocolate? –sonrió-.
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