Era fácilmente visible la tensión, el estrés salía humeante de cada ventana de la habitación y sin embargo continuaba dormido, en realidad creo que algún propósito tenía el que yo haya caído rendido en aquel mueble esa noche, luego de ver 2 ó 3 películas descontinuadas que suelen dar de 11 a 2 de la noche, quizá el verdadero propósito fue que nadie haya creído conveniente despertarme y en su lugar haberme cubierto.
La conversación se introdujo en mis sueños haciéndome oír lo que estaban planeando: “Ya hablaron con los del funeral…”, lo que me hizo despertar repentinamente sin mover un musculo, solo abriendo mis ojos, lo que me dio la ventaja de continuar escuchando lo que decían sin tener que cortar el asunto para un “buenos días”. Lo había deducido minutos atrás, mi abuelo que se encontraba internado no había sido dado de alta para regresar a mi hogar.
Al terminar su conversación pude hacerles saber que estaba despierto y luego de que me dieran pormenores de lo sucedido yo me “largué de este lugar”, había sido “cubierto con arena”, no conocí este método de autodefensa hasta ese día, y no lo he vuelto a experimentar desde ese día. El llanto de mamá y mi estado de frialdad se complementaban, a veces pienso que ella derramó todas esas lágrimas en mi lugar, todos y cada uno de los miembros de mi familia estaban desmoronados, todos de manera muy distinta pero demostraron lo que sintieron a fin de cuentas, todos excepto yo… y en cierto modo puedo decir que me golpeó tanto o más que a los demás, entre los recuerdos más felices de mi infancia está él, y no podía hacer público el dolor por su deceso?
Tranquilo por fuera y atormentado por dentro sin quererlo así, esta vez como ninguna otra, con el tiempo he llegado a pensar que “me fui lejos” para llorar sin que nadie me viese, mi alma lloraba y lloró hasta ver sus cenizas en mis manos pero mi cuerpo no.
En cierto modo, no maldigo el pequeño martirio que sufrí ese día, meses después al recordar todo, mis familiares resaltaron que la tranquilidad que irradiaba valía para todas aquellas personas que nos acompañaron, “¿tranquilidad?” dije yo.
A fin de cuentas creo que mi error fue no verme al espejo y saber que la cara que traía no era de indiferencia si no era de amor, mi martirio terminó oficialmente con esas palabras y pude dejar de sentirme culpable, fui “liberado” como el alma de mi abuelo lo fue un 23 de Agosto.
Debo confesarte, si de alguna manera puedes leer esto, que la razón de estas líneas no eres 100% tú, las siguientes son para la familia de una amiga mía que como yo hace casi 5 años, acaban de perder a alguien tan importante como lo fuiste y eres para mí.
No sé su nombre, y quizá yerre al tratar de llamarlo por su apellido, pero como le dije hace 18 horas y 20 minutos “Usted tiene una nieta espléndida”.
Conny como te dije: “en las buenas y en las malas”
Te acompaño en el dolor, estas líneas también son para ti amiga.
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