Existe un pequeño rango de coincidencias afortunadas sucesivas a las que la costumbre de la gente ha nombrado suerte. Existe también lo contrario, se le llama infortunio, pues bien, lo que narraré a continuación lo hago en modo de ejercicio, para saber de una vez por todas si le puedo llamar suerte, infortunio o quizás una “cosa” más de la vida (son cosas de la vida, jajaja odio un poco esa expresión).
Caminaba yo –ya no recuerdo para qué ni por qué- por un conocido parque casi en el centro de Miraflores durante la media tarde (¿media tarde?) de un día soleado, iba como nunca con lentes oscuros ya que odio hacer muecas cuando camino de cara al sol y me han dicho que no frunza (aun más) el ceño; cuando me encontré la siguiente escena:
Mariana, mi ex, estaba sentada en una de las tantas bancas de ese parque con una amiga. Rara vez me detengo a saludar a alguien que no sea muy cercano a mí, menos me detendría a saludar a una ex mía, más por cortesía –aunque suene loco- que por otra cosa. Y cuando estaba por pasar frente a ellas, pero como a 20 metros, me di cuenta de que esa ‘amiga’ no era nada más y nada menos que Lía (sí puta madre, Lía, otra ex).
La historia no es rara, estuve con Mariana al poco tiempo de terminar con Lía, porque de una u otra manera me recordaba a ella, sobre todo por sus grandes ojos negros como de gato en noche de luna llena (debe ser raro haberme topado con dos chicas de las mismas características oculares).
El hecho es que estaban allí, las dos, compartiendo una banca de parque, ellas, juntas, podría haber caído una nave extraterrestre y decirme que una linterna púrpura me había elegido como el sucesor de un dictador intergaláctico y que tendría los poderes de todos los dioses de la mitología griega pero no me hubiera causado ni una milésima parte de la sorpresa que me causó esa escena ¿Cómo rayos podían haberse conocido? Si a una la conocí en el inglés y a la otra me la había presentado la prima de la amiga de una tía por parte de papá porque se había mudado recientemente. En ese momento pensé que la frase “Lima es un pañuelo” era una reverenda patada en las gónadas para mí.
Luego de la impresión y todos los achaques, pensé fríamente y continué mi camino, pero esa misma noche investigué, investigué ambos perfiles de facebook (vamos, el facebook es un arma del espionaje tan efectiva que la mayoría de gente no sabe que es un arma) desde la cuenta de una fiel amiga mía que las había agregado a ambas (a cada una en su tiempo) para confraternizar.
Lo que conseguí me resultó sumamente genial, ellas se habían contactado por ‘Face’ debido al aburrimiento de Mariana que vio a Lía en los amigos en común de esta amiga mía antes mencionada y la había agregado, casualmente Lía estaba conectada en ese preciso momento y “Click” sí, hicieron click y comenzó todo, después de varios mensajes en el muro de una a la otra, quedaron en verse y yo había sido testigo de una de esas tantas reuniones.
¿Es genial no? Es genial, pues sé que ellas me recuerdan y recuerdan todas las cosas que pasaron conmigo al ver los ojos de la otra, sé que al una ver los labios de la otra ellas piensan que mis labios alguna vez estuvieron ahí, sé que se han quejado entre ellas, seguramente, de que no me gusta conversar después del sexo y que me quedo dormido durante algunos minutos para luego pedir “una más” con voz de niño, yo lo sé, sé que son amigas porque tienen algo en común que no es ese pequeño link, soy yo, sé que cuando están juntas me extrañan juntas, sé que cuando una contacta a la otra está tratando de contactarme a mí, sé que han puesto un pedazo de mí una en la otra y viceversa sé que cuando se escriben “Quiero verteeeeeeeeeee!!!” es porque en realidad quieren verme a mí… ¿O quizás no?
La verdad, no lo sé, y la verdad no me importa, ambas no fueron nada, solo un producto de mi aburrimiento, ahora juego Rock band para no aburrirme y cuando me canso de tocar la batería, pues toco la guitarra y todo bien, la batería no siente celos, y para el sexo están mis fieles amigas que me prestan su facebook para hacer investigaciones estúpidas… y todo bien.
sábado, 23 de julio de 2011
Ex-trañas Coincidencias
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sábado, 9 de julio de 2011
¿Quién quiere ser millonariA?
Si hay algo que de veras me encabrona es no entender algo, es frustrante, creo que no soy el único en el mundo que se siente de esa forma cuando no encuentra la respuesta, es inherente al hombre el interés por saber nuevas cosas por más tontas que a los demás les paresca. Y bien, eso me trae al pensamiento que hoy no me deja dormir siendo ya las 2 y 45 a.m. (es raro citar la hora, a veces he escrito más tarde).
Si hay algo que de veras, en serio, muy enserio no entiendo es el porqué de ciertas personas por darse un valor a sí mismos(as), me explico: estaba yo tranquilamente tratando de escuchar el partido Perú contra México, en el carro de camino a casa, cuando dos señoritas, muy pulcras ellas, irrumpieron con mi tranquilidad para sentarse en el asiento que quedaba justo atrás de donde yo iba, irrumpieron no con griterío, pero sí con una conversación que... Osea yo sé que son así, lo he visto, juro que lo he visto no tendría que ser nada nuevo, sorprendente para mí... es lo de todos los días ¿no? El mundo se maneja así. Pero aun así es algo perturbador. Retomaré: la conversación de estas dos jóvenes giraba en torno a sus relaciones (amm...) sentimentales por así decirlo, la primera alardeaba (no era otra cosa más que eso) de sus últimas adquisiciones electrónicas, una laptop (no diré la marca) cuyo procesador es el que yo quiero (no te molestes oh! mi linda core2 duo, yo te quiero mucho hemos pasado muchas cosas juntos, pero ya te me haces algo inútil) i7. ¡Una i7! -dije yo- una genialísima i7, bueno le había costado nada menos que, ¿alguien se imagina? ¿no? pues bueh... una buena 'mamada' -en buen criollo- de cuando en vez a su queridísimo novio. Quedé helado, el iceberg que hundió al titanic era una centésima de gélido que mi sangre en ese momento... el gol de Paolo Guerrero no fue suficiente como para hacerme volver a mis casillas.
Ahh... si yo tuviese a alguien a quién hacerle ese favor y que me diera una i7, juro que no lo haría!! la puta madre!! Quisiera saber que si alguien me da algo es por pura gracia, por puro cariño, y no por puro reconocimiento, casi puedo ver lo que decía la tarjeta de esa laptop toda envuelta en papel de regalo de Saga o Ripley: "Para mi garganta profunda favorita, con amor PANCHO <3"
Es totalmente inconcebible, inadmisible este tipo de comportamiento, como, de la misma forma, sería inadmisible que alguien se sienta condicionado a conceder los deseos de otra persona solamente porque esta le brinda el apoyo material tan anhelado (por muchos).
Lo peor de todo, es que hablaban en serio, pero siempre con las hipócritas risuelas que tratan siempre de ocultar la verdadera magnitud del asunto.
Ya me imagino a la otra chica, imagino lo que podía estar pensando mientras reía: "maltida zorra, yo hago eso y más, y lo único que he conseguido es un pollo a la brasa cada 30 días y ni siquiera de Pardos"
Lástima, lástima, lástima... nos estamos degradando, y mucho.
P.D. Sigo sin entender...
Si hay algo que de veras, en serio, muy enserio no entiendo es el porqué de ciertas personas por darse un valor a sí mismos(as), me explico: estaba yo tranquilamente tratando de escuchar el partido Perú contra México, en el carro de camino a casa, cuando dos señoritas, muy pulcras ellas, irrumpieron con mi tranquilidad para sentarse en el asiento que quedaba justo atrás de donde yo iba, irrumpieron no con griterío, pero sí con una conversación que... Osea yo sé que son así, lo he visto, juro que lo he visto no tendría que ser nada nuevo, sorprendente para mí... es lo de todos los días ¿no? El mundo se maneja así. Pero aun así es algo perturbador. Retomaré: la conversación de estas dos jóvenes giraba en torno a sus relaciones (amm...) sentimentales por así decirlo, la primera alardeaba (no era otra cosa más que eso) de sus últimas adquisiciones electrónicas, una laptop (no diré la marca) cuyo procesador es el que yo quiero (no te molestes oh! mi linda core2 duo, yo te quiero mucho hemos pasado muchas cosas juntos, pero ya te me haces algo inútil) i7. ¡Una i7! -dije yo- una genialísima i7, bueno le había costado nada menos que, ¿alguien se imagina? ¿no? pues bueh... una buena 'mamada' -en buen criollo- de cuando en vez a su queridísimo novio. Quedé helado, el iceberg que hundió al titanic era una centésima de gélido que mi sangre en ese momento... el gol de Paolo Guerrero no fue suficiente como para hacerme volver a mis casillas.
Ahh... si yo tuviese a alguien a quién hacerle ese favor y que me diera una i7, juro que no lo haría!! la puta madre!! Quisiera saber que si alguien me da algo es por pura gracia, por puro cariño, y no por puro reconocimiento, casi puedo ver lo que decía la tarjeta de esa laptop toda envuelta en papel de regalo de Saga o Ripley: "Para mi garganta profunda favorita, con amor PANCHO <3"
Es totalmente inconcebible, inadmisible este tipo de comportamiento, como, de la misma forma, sería inadmisible que alguien se sienta condicionado a conceder los deseos de otra persona solamente porque esta le brinda el apoyo material tan anhelado (por muchos).
Lo peor de todo, es que hablaban en serio, pero siempre con las hipócritas risuelas que tratan siempre de ocultar la verdadera magnitud del asunto.
Ya me imagino a la otra chica, imagino lo que podía estar pensando mientras reía: "maltida zorra, yo hago eso y más, y lo único que he conseguido es un pollo a la brasa cada 30 días y ni siquiera de Pardos"
Lástima, lástima, lástima... nos estamos degradando, y mucho.
P.D. Sigo sin entender...
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martes, 5 de julio de 2011
Primera última vez
La razón: y todo sea por la causa…
Yo recuerdo, de pequeño, haber sido testigo de las vicisitudes de aquel tipejo. ¡Qué escoria! –dije cuando fui más acertado en cuanto a relacionarse- la lealtad y la honra es todo lo que tenemos en este lugar donde todo nos es despojado por maldad pura.
Luego… lo fui entendiendo.
Era tarde y nuestras almas jóvenes pedían a gritos un trago, a veces por necesidad, a veces por saber que era la única escapatoria a nuestra inhibición y poder disfrutar del mejor sexo sin compromiso del mundo. Muchos condenarían el tener este tipo de encuentros –sobre todo si es con la sobrina de tu padre- yo también lo hice, las cinco primeras veces, luego simplemente lo vi como tener todo lo que quiero, sin pasar por todo lo que no.
Fue en ese día, en que nuevamente nos embriagamos, yo porque ganas no me faltaban y supuse que a ella tampoco –ya que fue quien lo propuso-, donde me dijo que se había enamorado y que no podía seguir teniendo este tipo de relación ahora que tenía pareja, sí, igual lo hicimos ese día, era obviamente sexo de despedida. Quedé entristecido: yo debía seguir sus pasos, conseguir a alguien “estable”, seguir mi vida, salir de secundaria con la frente en alto y bien borracho de la fiesta de promoción.
En fin, lo hice, y estuvo bien –debo admitir- me di cuenta que “todo lo que quería” no era todo lo que quería y con el tiempo me fui adaptando. Puede ser que mi error, el único –resalto-, fue haberme fijado en alguien cuyo aspecto era el mismo que el de mi –ya casada- prima.
Debo admitir que no era suficiente, era vacío. ¿Alguna vez has sentido que el valor que te dan es inferior al tuyo?
Supongo que la suma de todo mi descontento marital, junto con su intolerancia y su vanidad me llevaron al mismo lugar en donde solía beber. Lo hice durante varios meses cada vez que su descontento me llevaba a sentirme menos hombre y más jumento, jamás pensé que encontraría ahí a mi juvenil amante, triste, qué digo triste: destrozada –El abandono es algo que algunas mujeres no soportan- ella también era “aparentemente insuficiente para él” (Todo por no dejarse coger por el ‘lado B’).
Regresé a casa, a mis cosas, era bueno verla, era malo que estuviera separada después de que su boda –en donde vomité detrás del buffet- resultara tan costosa, pero era algo para olvidar, la boda de mi hermano estaba siendo preparada y prometía ser el acontecimiento del año en la familia, debido a que era el último en casarse de todos de los de nuestra “generación” y daba la apariencia de nunca haber tenido la intención de hacerlo.
Ahí la volví a ver, parecía que el tiempo no había pasado, me remonté a la época en donde me sentía completamente vil –pero complacido- al estar sobre ella, y se lo propuse luego de haber bebido 2, 3, 4 rondas de whisky y otros licores que se servían.
- ¿Y tú mujer?
- Al diablo, a ella solo le importa el status. Con tal que le siga pagando la tarjeta no le importa a quién me coja.
- Entonces ¿A dónde?
Rumbo a su casa, no cruzamos palabras, ambos meditábamos (al menos yo lo hacía) lo que estaba a punto de pasar “Es raro ¿Está bien? Al final, no había que ser un genio en física nuclear para entender (y estoy seguro de que ellos no lo advertirían) que la madre de mi hijo (por no decir la trillada: “mi mujer”) no sentía nada por mí, mas sí por mi dinero –que tanto no era, pero poco tampoco- así que no era traición a sus sentimientos, tal vez sí al juramento que hice y tal vez arremetía contra el código civil, pero para mí el juramento que se hace es a partir de la otra persona: yo puedo cuidar mi palabra, pero ante alguien que la merezca, y aunque ella lo mereció en ese momento (o quizá nunca lo mereció en realidad) la “ella” de ahora no merecía ni un ápice de mi palabra.
Llegamos, al fin -pensé- el camino desde el club donde se realizaba la recepción hasta su casa, a pesar de quedar a pocos kilómetros por la carretera, se me hizo como dos viajes a China en triciclo. No nos dijimos nada hasta yacer en su cama –la que había compartido hace 3 meses con su aún esposo- y eso es una expresión, lo único que dijimos una vez que estuve adentro fue: “te extrañé demasiado”. Lo que pasó esa tarde/noche, me pareció de lo más real y excitante no solo porque se la metí como si no hubiera follado en años, como si no hubiera visto mujer por haber estado atrapado en una isla, sino por el hecho de estar ahí con ella. No fui el único en sentirme así, quizá no era tanto por no tener sexo, sino por no habernos tenido en mucho tiempo.
Después de la segunda vez, estaba exhausto pero quería continuar, sin duda ya no éramos los adolescentes lascivos de antaño, sin embargo, cuando comenzó a succionármela y a pasar su lengua por mi glande tuve como una inyección de vigor y continuamos, ni las putas que me tiraba en los night clubs que frecuenté en los viajes me hacían ‘llegar’ tanto.
Al finalizar, continuó el silencio, dormimos juntos por primera vez, ya como ‘adultos’(odio esta palabrita)…
Nos sacamos de nuestra miseria durante todo ese tiempo, pero son situaciones que solamente pueden ocurrir tras una serie de inciertos y aleatorios lazos de tiempo, esa fiesta también era especial pues se podía tomar también como mi despedida en una semana me voy, la central que se ubica en Nicaragua perdió un jefe de ventas y a diferencia de cómo se manejan las cosas aquí (amistad y dedocracia, es decir ‘vara’) se hizo un examen y gracias a todo el tiempo libre que tuve pude quedar primero en aptitud y calificación, creo que será la mejor semana en años que tendré pero tal vez la última, como sea, las últimas veces se disfrutan más.
Yo recuerdo, de pequeño, haber sido testigo de las vicisitudes de aquel tipejo. ¡Qué escoria! –dije cuando fui más acertado en cuanto a relacionarse- la lealtad y la honra es todo lo que tenemos en este lugar donde todo nos es despojado por maldad pura.
Luego… lo fui entendiendo.
Era tarde y nuestras almas jóvenes pedían a gritos un trago, a veces por necesidad, a veces por saber que era la única escapatoria a nuestra inhibición y poder disfrutar del mejor sexo sin compromiso del mundo. Muchos condenarían el tener este tipo de encuentros –sobre todo si es con la sobrina de tu padre- yo también lo hice, las cinco primeras veces, luego simplemente lo vi como tener todo lo que quiero, sin pasar por todo lo que no.
Fue en ese día, en que nuevamente nos embriagamos, yo porque ganas no me faltaban y supuse que a ella tampoco –ya que fue quien lo propuso-, donde me dijo que se había enamorado y que no podía seguir teniendo este tipo de relación ahora que tenía pareja, sí, igual lo hicimos ese día, era obviamente sexo de despedida. Quedé entristecido: yo debía seguir sus pasos, conseguir a alguien “estable”, seguir mi vida, salir de secundaria con la frente en alto y bien borracho de la fiesta de promoción.
En fin, lo hice, y estuvo bien –debo admitir- me di cuenta que “todo lo que quería” no era todo lo que quería y con el tiempo me fui adaptando. Puede ser que mi error, el único –resalto-, fue haberme fijado en alguien cuyo aspecto era el mismo que el de mi –ya casada- prima.
Debo admitir que no era suficiente, era vacío. ¿Alguna vez has sentido que el valor que te dan es inferior al tuyo?
Supongo que la suma de todo mi descontento marital, junto con su intolerancia y su vanidad me llevaron al mismo lugar en donde solía beber. Lo hice durante varios meses cada vez que su descontento me llevaba a sentirme menos hombre y más jumento, jamás pensé que encontraría ahí a mi juvenil amante, triste, qué digo triste: destrozada –El abandono es algo que algunas mujeres no soportan- ella también era “aparentemente insuficiente para él” (Todo por no dejarse coger por el ‘lado B’).
Regresé a casa, a mis cosas, era bueno verla, era malo que estuviera separada después de que su boda –en donde vomité detrás del buffet- resultara tan costosa, pero era algo para olvidar, la boda de mi hermano estaba siendo preparada y prometía ser el acontecimiento del año en la familia, debido a que era el último en casarse de todos de los de nuestra “generación” y daba la apariencia de nunca haber tenido la intención de hacerlo.
Ahí la volví a ver, parecía que el tiempo no había pasado, me remonté a la época en donde me sentía completamente vil –pero complacido- al estar sobre ella, y se lo propuse luego de haber bebido 2, 3, 4 rondas de whisky y otros licores que se servían.
- ¿Y tú mujer?
- Al diablo, a ella solo le importa el status. Con tal que le siga pagando la tarjeta no le importa a quién me coja.
- Entonces ¿A dónde?
Rumbo a su casa, no cruzamos palabras, ambos meditábamos (al menos yo lo hacía) lo que estaba a punto de pasar “Es raro ¿Está bien? Al final, no había que ser un genio en física nuclear para entender (y estoy seguro de que ellos no lo advertirían) que la madre de mi hijo (por no decir la trillada: “mi mujer”) no sentía nada por mí, mas sí por mi dinero –que tanto no era, pero poco tampoco- así que no era traición a sus sentimientos, tal vez sí al juramento que hice y tal vez arremetía contra el código civil, pero para mí el juramento que se hace es a partir de la otra persona: yo puedo cuidar mi palabra, pero ante alguien que la merezca, y aunque ella lo mereció en ese momento (o quizá nunca lo mereció en realidad) la “ella” de ahora no merecía ni un ápice de mi palabra.
Llegamos, al fin -pensé- el camino desde el club donde se realizaba la recepción hasta su casa, a pesar de quedar a pocos kilómetros por la carretera, se me hizo como dos viajes a China en triciclo. No nos dijimos nada hasta yacer en su cama –la que había compartido hace 3 meses con su aún esposo- y eso es una expresión, lo único que dijimos una vez que estuve adentro fue: “te extrañé demasiado”. Lo que pasó esa tarde/noche, me pareció de lo más real y excitante no solo porque se la metí como si no hubiera follado en años, como si no hubiera visto mujer por haber estado atrapado en una isla, sino por el hecho de estar ahí con ella. No fui el único en sentirme así, quizá no era tanto por no tener sexo, sino por no habernos tenido en mucho tiempo.
Después de la segunda vez, estaba exhausto pero quería continuar, sin duda ya no éramos los adolescentes lascivos de antaño, sin embargo, cuando comenzó a succionármela y a pasar su lengua por mi glande tuve como una inyección de vigor y continuamos, ni las putas que me tiraba en los night clubs que frecuenté en los viajes me hacían ‘llegar’ tanto.
Al finalizar, continuó el silencio, dormimos juntos por primera vez, ya como ‘adultos’(odio esta palabrita)…
Nos sacamos de nuestra miseria durante todo ese tiempo, pero son situaciones que solamente pueden ocurrir tras una serie de inciertos y aleatorios lazos de tiempo, esa fiesta también era especial pues se podía tomar también como mi despedida en una semana me voy, la central que se ubica en Nicaragua perdió un jefe de ventas y a diferencia de cómo se manejan las cosas aquí (amistad y dedocracia, es decir ‘vara’) se hizo un examen y gracias a todo el tiempo libre que tuve pude quedar primero en aptitud y calificación, creo que será la mejor semana en años que tendré pero tal vez la última, como sea, las últimas veces se disfrutan más.
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